La ley para aumentar las penas por violencia en el fútbol volvió a quedar frenada en Diputados, donde la oposición y el oficialismo prefirieron convocar a dirigentes de la AFA, la Asociación de Árbitros y de Futbolistas Agremiados antes de llevarla al recinto.
La decisión fue tomada este miércoles por los asesores de los diputados de las comisiones de Legislación Penal y Deportes, que se habían cruzado en duros términos en el plenario del martes.
Sus emisarios lejos estuvieron de llegar a un acuerdo y este jueves la radical Gabriela Burgos, presidente de la Comisión de Legislación Penal, anunció que habrá al menos dos plenarios con invitados antes de dictaminar.
El primer invitado será Rubén "Chiqui" Tapia, presidente de la AFA, que ayer no estaba ni enterado del proyecto de ley que aumenta las penas por delitos ocasionados en espectáculos de fútbol, presentado por primera vez en el Senado 2016 y reflotado en diciembre en Diputados, tras la suspensión de la final de River-Boca en el monumental.
Llegó a ser aprobado en el recinto y cuando la oposición reescribía cada artículo en el debate en particular, Martín Lousteau pidió que volviera a comisión y por ahora no hay fecha para tratarlo alguna vez. Tapia no lo sabía.
El martes, la diputada Carolina Moises, del peronismo federal, lo llamó a la oficina de calle Viamonte y logró hablar con Marcelo Achile, prosecretario de la AFA y presidente de Defensores de Belgrano, quien, sorprendido, se acercó al plenario para escuchar el debate, casi por curiosidad. "Me llamó todo el mundo en estos meses, pero ningún dirigente", confesó sorprendida Burgos.
Tapia recién volverá el miércoles de la gira por los amistosos de la selección y confirmará cuando podrá estar ante los diputados para explicar cuánto lo perjudica la violencia en los estadios.
También serán invitados será Mariano Elizondo, presidente de la Superliga Argentina; Sergio Marchi, histórico titular de Futbolistas Argentinos Agremiados; y Fernando Beligoy, a cargo de la Asociación Argentina de Árbitros.
En un Congreso caótico, sin liderazgos definidos y muchos diputados de campaña electoral, Burgos no logra consolidar una mayoría en el recinto, donde Emilio Monzó imaginaba aprobar la ley el miércoles 27 y ya no será posible.
La jujeña negoció en diciembre con el massismo pero chocó con las diferentes posturas del peronismo federal y para repetir la experiencia negoció una decena de correcciones técnicas con Pablo Kosiner, jefe del peronismo federal en Diputados.
Pero la gestión no evitó que Moises exigiera consideración especial para los clubes chicos del interior y el cordobés Juan Brügge insistiera con aplicar sanciones administrativas a los clubes que protagonicen escenas de violencia.
El kirchnerismo y también diputados de otras fuerzas siguen objetando artículos del proyecto original que Cambiemos no quiere modificar, como las altas penas por tenencia de armas (las consideran desproporcionadas), la penalización de la tenencia de entradas falsas y la generación de avalanchas.
Y en todos los bloques hace mucho ruido la prohibición de funcionarios nacionales de ser dirigentes de clubes de fútbol, solicitada por Elisa Carrió y aceptada por Patricia Bullrich. Aún queda un buen tiempo de debate.
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